El 14 de julio se celebra el Día Internacional del Auxiliar de Enfermería (TCAE).
Puede que esta entrada sea hacer un poco de rant (despotricar), unpopular opinion (opinión impopular) o como quieras llamarlo. Aunque no mucho. Porque desgraciadamente sé que no estoy sola en esto.
Pero desde que tengo el servicio de ayuda a domicilio (SAD, "triste" en inglés, qué propio) - y en dos comunidades diferentes - ha empeorado considerablemente.
Aquí, especialmente en el último año. Lo que repercute tanto en las trabajadoras como en los usuarios.
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No levantamos cabeza
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En
esta ciudad no hay obligación de contratar auxiliares (y no lo hacen).
Cosa que no entiendo porque en las residencias de personas mayores sí es
obligatorio tener título (de auxiliar de geriatría, auxiliar de
enfermería,...) y en un domicilio donde no hay nadie que supervise, no.
Y no puedes pedirles algo que sea trabajo de auxiliares - aunque lo necesites - lo que deja límites difíciles de definir.
Antes decía "mi auxiliar", ahora digo "mi cuidadora". Porque no es una TCAE (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería) y no me parece justo por ellas.
Y pienso que se debería valorar en cada expediente si lo más adecuado es una cuidadora (limpieza, compras, paseos, compañía, un aseo sencillo...) o una auxiliar
(TCAE) con conocimientos profesionales sobretodo para trabajar con
personas encamadas y/o con ciertas patologías como es en mi situación.
Al
contrario, nos dicen que son los familiares los que tienen que explicar
qué necesita el usuario y cómo hacerlo. En mi caso, por las
circunstancias, mi familia no me ha cuidado salvo convalecencias a la
salida de ingresos hospitalarios.
¿Y no tendría más sentido que fuesen ellas las que explicaran a los familiares qué hacer fuera de las horas que cubre el SAD?