(El Día del Cuidador se celebra el 5 de noviembre desde 2014)
*Actualizado noviembre 2019*
Aunque la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) promovió esta fecha de reconocimiento para los cuidadores de las personas mayores, diría que es extensivo a todos aquellos que cuidan de sus familiares dependientes.
En una sociedad mediterránea como la nuestra en la que el cuidado por parte de un familiar era una obligación, hoy vuelve a ser una imposición por motivos económicos en muchos casos.
Había mejorado la percepción que la sociedad aún tiene de llevar a un anciano a una residencia. No es un abandono (no es un asilo), sino una opción más a tener en cuenta para recibir los mejores cuidados (antes de que la situación se haya ido totalmente de las manos).
Sin embargo desde la crisis y con la falta de ayudas, muchas familias han decidido volver a tener a sus mayores en casa.
Esto genera una situación en la que a menudo el cuidador tiene que abandonar el trabajo, gran parte de la vida social... para dedicarse casi exclusivamente a atender a esa persona.
Y esto lleva en muchos casos a frustración, estrés (un 75%), depresión (50%)... y al temor de morir antes que el propio enfermo cuando el cuidador principal es mayor.
En una residencia el trabajo se reparte, en un hospital hay cambio de turnos... aquí suele ser una persona sola, a menudo mujer (un 89%, esta cifra baila según fuentes hasta el 94%), dedicando mucho tiempo al cuidado, en un espacio pequeño y no siempre seguro.
Tampoco hay horas de apoyo para los grandes dependientes, no las suficientes (recordemos que hay sitios donde en días festivos y fines de semana no hay servicio).
Son pocos los
centros para disminuidos físicos donde un adulto (no anciano) pueda decidir residir para que sus padres no tengan que cuidarle o porque no tenga quien se haga cargo de él. Y son caros.
Una mano que proteja a cuidadores y cuidados