#279 No soy Cleopatra, Pero me bañan (aseo asistido)

No soy Cleopatra. Ni me baño en leche de burra.

Pero me bañan. O me asean en cama.

A pesar de todo puedo hacerlo una vez a la semana.

Procuro desvestirme y vestirme con el mínimo de ayuda. Y aún así es un esfuerzo. Ella sabe cuándo echarme una mano. No se lo tengo que decir.

Prepara la ducha. Yo pongo el agua caliente (demasiado caliente para un Síndrome de Sjögren, pero estoy helada. No importa si es verano o invierno). Y me lava el pelo, me enjabona (excepto la parte más intima, que lo hago yo) y me echa aceite. Me preocupa que se moje con el agua que salpica.

Yo lo único que tengo que hacer es girarme en la banqueta agarrándome a las asideras para facilitarle el trabajo.

Me seco sentada en el water, tomándome mi tiempo. Me desdobla y alcanza la ropa (que suele ser otro pijama). Y me seca el pelo. Me peina. No es como yo lo haría. Pero sin ella no lo haría.

Me comenta si se ha caído poco o mucho el cabello (por el Lupus). Se fija en cada rojez y moratón. En cómo tengo la piel.

Tal como salgo del baño me tumbo en la cama o en el sofá. Con los ojos cerrados.

La ducha sigue siendo la tarea del día. Pero ahora más sencilla.

Tenemos un día asignado. Pero no es inamovible. Sabe cuando no es posible pero siempre pregunta.

Alguna vez que otra hacemos un aseo en cama. "Cuando no puedas te lo hago como a mis abuelitos".

Toalla grande extendida sobre la que me giro para no mojar la bajera. La primera vez usamos la esponja de la ducha. Me dijo de comprar las enjabonadas de un solo uso desechables. Pero de pensar en la basura que generan le dije de probar las manoplas de tela de toalla y enjuagarlas cada vez. Tengo dos y así una va a la lavadora cada cierto tiempo mientras usamos la otra. De barreño usamos un tupper redondo al que se le rompió la tapa hace años (dios que bueno estaba aquel bizcocho con el que venía). Me enjabona, me seca y me hidrata. El pelo para otro día. Me viste y me tapa.

La primera vez había silencio salvo instrucciones. Sobretodo porque con brote de Síndrome de Fatiga Crónica/Encefalomielitis Miálgica (SFC/EM) no doy para más. Miraba hacia otro lado, hacia el techo. Desnuda sobre la cama. Vulnerable. A mis cuarenta y tantos. Pero lo hizo con tanto cariño y cuidado que dentro de todo no fue tan desagradable.

Al fin y al cabo, tras la caída, me habían puesto cuña en el hospital y me habían secado con papel. Ya fuera, mi madre me había aseado y me vestía, me bajaba las bragas antes de ayudarme a sentarme en el water.
Esto ya es pan comido. Solo tiempo para acostumbrarme. Y lo he hecho.

Sé que mucha gente les llama "lava-culos". Pero tarde o temprano puedes necesitar su ayuda. Hacerlo con tanto cariño y profesionalidad lo hace menos violento, cuando te sientes tan expuesto/a y vulnerable sobre una cama, en una ducha. Son como las hormiguitas de aquí para allá. Haciendo mil cosas que apenas se ven pero son tan necesarias.
No hay trabajo pequeño que la gente no haga grande. Gracias.

Imagen: Por Teo Zirinis. 'Cleopatra was a cookie' ("Cleopatra era una galleta").

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