El Día Internacional de la Epilepsia se celebra el segundo lunes de Febrero
El Purple Day (Día Mundial Para Concienciar Sobre la Epilepsia) se celebra el 26 de Marzo
El Día Nacional de la Epilepsia se celebra el 24 de Mayo
Nosotros tuvimos un perro con epilepsia (como en el caso de los humanos, más abajo verás qué hacer ante un ataque).
La epilepsia se da además en gatos y otros animales, pero me centro en hablar de perros por haber convivido con uno. En cualquier caso, ACUDE AL VETERINARIO para un correcto diagnóstico y tratamiento.
Fuimos su tercera casa por razones de salud (o más bien por falta de ella). Era de mi tía, la que murió de cáncer de mama. Lo cuidó mi abuelo hasta que ya no pudo atenderlo; y se lo quedó mi padre (aunque teníamos un perro que lo "odiaba", pero llegaron a entenderse porque este paciente era un buenazo).
Así que cuando llegó ya adulto, estaba diagnosticado y con su tratamiento diario.
Era un perro cariñoso, glotón y un poco bobalicón, con los ojos tristes y caídos pero superalegre. Nos dimos cuenta que era por la medicación, cuando a la última perra se le escurrieron los ojos de la misma manera con unas pastillas.
Llevaba una vida normal. Lo único, que teníamos que tener cuidado de que no se pusiera nervioso jugando. Estábamos acostumbrados a jugar de una manera con el otro perro, y con él teníamos que bajar un poco la intensidad cuando se "emocionaba" demasiado, por miedo a que le diera un ataque.
Nunca le pasó en la calle, siempre en casa. A veces estábamos al lado, y a veces oíamos un golpe seco y corríamos a por él.
Caía tumbado de lado, convulsionaba y alguna vez se hizo pipí.
Cuando se levantaba estaba muy nervioso y desorientado, deambulando sin sentido, con la mirada perdida como si no viera. Una noche duró en ese estado más de lo habitual y se daba con las paredes (aunque la entradita era amplia se le hacía pequeña), así que pillé la correa y me lo llevé a la calle.
Andaba deprisa, tirando, ansioso. Y poco a poco fue aflojando hasta que se tranquilizó y volvimos a casa.
A partir de entonces, tras los ataques lo hacíamos así. Había veces que me arrastraba casi corriendo.
Es curioso como el otro perro, que lo ponía en su sitio, cuando le pasaba esto se mantenía al margen. Las primeras veces se acercaba un poco, lo olisqueaba y lo miraba con extrañeza. Sabía que le pasaba algo. Pero siempre se hacía a un lado, sin quitarle ojo.
La epilepsia es un desorden de tipo genético y hay razas más propensas que otras (Pastor Alemán, San Bernardo, Setter Irlandés y Caniche), pero puede pasarle a cualquiera (el nuestro era un Cocker Spaniel).
Vamos a ver cómo es un ataque de epilepsia, lo que hay que hacer y lo que no:
Si una mascota tiene convulsiones hay que consultar al veterinario, que es el profesional que determinará la causa (puede ser epilepsia idiopática o debida a un tumor cerebral; pero también podrían ser convulsiones debidas a un envenenamiento, por ejemplo).
Los perros suelen manifestar epilepsia en sus primeros años y necesitarán medicación de por vida (si no es por un tumor que se pueda operar). Entre crisis llevan una vida absolutamente normal (un poquito atontados, eso sí) y serán todo lo felices que sus compañeros humanos estén dispuestos a hacerles.
Solo necesitan evitar el estrés (cosa aconsejable para todo animal) ya que es un desencadenante, control de su tratamiento (es lo que disminuye los episodios epilépticos) y estar pendientes de la frecuencia e intensidad de las crisis para que el veterinario actúe en consecuencia.
PD: Por favor no preguntéis en comentarios por temas de tratamientos farmacológicos o naturales. NECESITAN TRATAMIENTO INDIVIDUALIZADO Y PRESCRITO POR VETERINARIO. Sé responsable con su salud.
Imagen: Artlist collection 'The Dog'.
Vamos a ver cómo es un ataque de epilepsia, lo que hay que hacer y lo que no:
- A veces antes del ataque se pueden observar algunos signos indicativos (aura): inquietud, salivación, temblores, descoordinación... Pueden durar segundos o días, así que no siempre nos percatamos de ello. No te sientas culpable si no te diste cuenta.
- Si conoces su comportamiento antes de un ataque y parece que le va a dar uno, procura que esté en un sitio seguro donde no pueda golpearse (con paredes, muebles...) o caerse de un lugar elevado (sofá, cama...).
- Algunos perros incluso te "avisan" y puedes acomodar un cojín o algo mullido para que no se haga daño durante las convulsiones. Pero lo habitual es que se desplome sin previo aviso y caiga sobre un costado.
- Es duro ver a tu mascota durante un ataque. Pero hay que saber mantener la calma. Solo así podrás ayudarle y actuar si dura más de lo normal (como mucho dos minutos, aunque parezca una eternidad). No grites, no repitas su nombre constantemente... simplemente acompañale y elimina cualquier tipo de estimulación (música, la tele,...) y objeto peligroso.
- Cuanto menos toques y manipules al animal durante las crisis, mejor. Pero sobretodo no intentes sacarle la lengua (podría mordérsela o morderte sin querer) ni sujetar el cuerpo para evitar las sacudidas. Es una respuesta motora involuntaria y verás una gran rigidez y que da patadas, "pedalea" o hace movimientos de "remo".
- Puede que miccionen o defequen al no controlar los esfínteres, pierdan el conocimiento,....
- Es posible que cuando se levante esté desorientado e inquieto. Si decides sacarlo a la calle para que "desfogue" como yo hacía, sé precavido: Siempre ATADO (podría salir corriendo y perderse o provocar/tener un accidente) y con cuidado de que no se golpee con nada (farolas, árboles...). Permite que ande a su ritmo.
- Cuando termine el proceso estará agotado. Así que deja que se recupere en un lugar tranquilo y duerma si lo necesita. Si está receptivo, puedes acariciarle suavemente, que le relaje.
Si una mascota tiene convulsiones hay que consultar al veterinario, que es el profesional que determinará la causa (puede ser epilepsia idiopática o debida a un tumor cerebral; pero también podrían ser convulsiones debidas a un envenenamiento, por ejemplo).
Los perros suelen manifestar epilepsia en sus primeros años y necesitarán medicación de por vida (si no es por un tumor que se pueda operar). Entre crisis llevan una vida absolutamente normal (un poquito atontados, eso sí) y serán todo lo felices que sus compañeros humanos estén dispuestos a hacerles.
Solo necesitan evitar el estrés (cosa aconsejable para todo animal) ya que es un desencadenante, control de su tratamiento (es lo que disminuye los episodios epilépticos) y estar pendientes de la frecuencia e intensidad de las crisis para que el veterinario actúe en consecuencia.
PD: Por favor no preguntéis en comentarios por temas de tratamientos farmacológicos o naturales. NECESITAN TRATAMIENTO INDIVIDUALIZADO Y PRESCRITO POR VETERINARIO. Sé responsable con su salud.
Imagen: Artlist collection 'The Dog'.
Tema relacionado:
#38 #PurpleDay: Desterrando mitos sobre la epilepsia (qué es y cómo actuar: Vídeo, guía para pacientes y familiares y guía infantojuvenil).
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Sinceramente, me has dejado ojiplática.
ResponderEliminarNo tenía ni idea de que los perros pudieran tener epilepsia, y eso que en mi casa ha habido perros (en plural) siempre, perros de caza, guardianes y de compañía. Siempre se aprende algo contigo :)
Y me parece superoriginal tu enfoque del post para el día internacional de la epilepsia.
Apúntate un tanto (uno más) chiquilla. Besooooo, Cleo