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#50 Los amigos que se quedaron en el camino

Podría escribir largo y tendido sobre ello. Podría explicar lo que supuso en su momento. Podría decir que en parte lo he superado. Podría enfocarlo de muchas maneras.
Pero procuro no mirar atrás demasiado y vivir mi presente viendo la gente que sí ha quedado, la que ha llegado, la que merece la pena.
En cierto modo leer sobre mis enfermedades me ayudó a entender que siempre habría gente que no iba a entender. Y una vez que, paso a paso, conocí mis síntomas, mis limitaciones, mis circunstancias... Pude recomponerme, perdonar y seguir adelante.
Eso no significa que no duela. Echo de menos a personas en mi vida.
Pero puedo dar gracias por todas las que han llegado después. Y las que con muchas dificultades han sabido, o no, estar a mi lado y ahí siguen.

Algunos amigos se desvanecieron como el hielo al sol


#49 La decisión: Pinchar la adrenalina o no pincharla


*Revisado julio 2024*

¡Qué no! ¡Qué no! ¡La inyección de adrenalina al corazón, NO!
Tan importante como administrarla a tiempo en un shock anafiláctico es saber cómo hacerlo.
Y si bien uno tiene que ser responsable de su propio autocuidado, también hay que instruir a la gente de tu alrededor por si acaso tú no puedes hacerlo en ese momento (por pérdida de conocimiento, por ejemplo).

Ilustración con líneas rudas y colores brillantes. Un chico a horcajadas sobre una chica en el suelo que está sufriendo un shock anafiláctico. Sostiene un boli de adrenalina para pincharle en el pecho, lugar inadecuado.

La anafilaxia es una reacción alérgica grave o muy grave y rápida que puede llegar a ser mortal. Por eso es tan importante actuar rápidamente.
Pero solo se debe administrar la adrenalina (epinefrina) si estamos seguros*1 de que se trata de un shock anafiláctico, no ante el menor síntoma: Es un tratamiento de emergencia, para que de tiempo a llegar a urgencias y ser tratado adecuadamente.

#48 Tareas domésticas (2): Así soy ahora

"Tienes que aprender a ver una mijita en el suelo y que no te moleste" me dijo mi reumatóloga. Y esa ha sido una lección difícil de asimilar. Encontrar el complicado equilibrio entre limpiar la casa y cocinar sin que se me vaya la vida (y la salud) en ello, y no vivir en la mugre ni morir de hambre.

Haciendo equilibrios con las tareas domésticas sin morir en el intento

Ya sabéis cómo era yo antes.
Ahora barro una vez a la semana, no a diario. Recojo solo lo que se va cayendo. Pero soy capaz (después de mucho zen) de ver una pelusita en el suelo y no levantarme del sofá a recogerla.

#47 Tareas Domésticas (1): Así era yo

*Revisado 13-04-2016*

Hacendosa como La Ratita Presumida. Organizada sin llegar a ser la Mónica Geller de Friends
No es que me gustara hacer las tareas de casa; pero sí relajarme en un entorno limpio y ordenado.


Cuando éramos pequeñitas, Papa Noel nos trajo a mi hermana y a mí un cubo rojo con su palo de fregona y una escoba con un recogedor azul de juguete. Siempre ayudamos a mi madre, primero haciendo las camas y recogiendo nuestra habitación; y poco a poco, haciendo cada vez más tareas de la casa según nos íbamos haciendo mayores.
¡Cómo odiaba las limpiezas generales! Parecían no acabar nunca.
Mi adolescencia fue un capítulo aparte. Había un orden dentro del caos.

#46 #Málaga Cultural

Muchas novedades y propuestas interesantes en la provincia de Málaga, especialmente en la capital. Y me ha parecido buena idea reunirlas en un post.

*Actualizado 17-11-2016*

Viviendas tras el CAC de Málaga (Centro de Arte Contemporáneo)


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Imagen diccionario: Dani Torrent